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Guadalupe Dueñas: una escritora de culto | en busca de lectores

Por Nohemy García Duarte


Tiene la noche un árbol (Fondo de Cultura Económica. 2021. Cuarta edición, colección 21 para el 21), de Guadalupe Dueñas, es un texto que en menos de cien páginas reúne 25 cuentos cortos que muy probablemente puedan considerarse los más representativos del estilo y de la calidad literaria de una de las escritoras mexicanas más talentosas de mediados del siglo XX, y que, sin embargo, es poco conocida entre el público lector contemporáneo.

La primera edición de Tiene la noche un árbol se remonta al año de 1958, y al año siguiente obtiene el premio José María Vigil 1959, con lo que Guadalupe Dueñas salta a la fama como una prometedora escritora que sin ser ninguna jovencita, pues para ese entonces ya rondaba los cincuenta años de edad, sorprende a la crítica especializada de su tiempo por lo novedoso de su narrativa.


Se trata de un estilo literario que en unos cuantos párrafos es capaz de construir historias verídicas o fantasiosas que se desarrollan en ambientes provincianos e intimistas y, al mismo tiempo, que se presentan como realidades o “irrealidades” sórdidas y oscuras con toques de ironía y hasta humor negro, pero también con rasgos de ternura y poesía en sus descripciones. Todos estos ingredientes surgidos de una misma pluma y en textos de muy corta extensión, de ahí el impacto que Dueñas logra transmitir en sus lectores con los finales inesperados de sus creaciones literarias.


Si bien en su vida profesional la literata jalisciense incursionó en el periodismo cultural de suplementos como México en la Cultura, así como en la redacción de guiones de telenovelas para la naciente y en rápida expansión televisión nacional, fue su producción de cuentos y relatos cortos la que la consagró como una escritora de culto, en el sentido de que muy rápidamente logró el reconocimiento de sus pares escritores y de la crítica especializada, pero que a la fecha, más de cincuenta años después de la publicación de Tiene la noche un árbol, su obra más celebrada, es poco conocida por públicos lectores extensos, no obstante su calidad literaria.


Otro factor que contribuyó a la valoración de ser considerada una escritora de culto, es el que se refiere a su biografía y estilo de vida peculiar en cuanto a que no son comunes para nuestro tiempo ni para la mayoría de la gente. En este entendido, la infancia de Dueñas, en primer lugar, y posteriormente su personalidad desarrollada en los años de adulta, contienen datos suficientes que de alguna manera justifican esta etiqueta para nuestra escritora.


En las escasas entrevistas que Guadalupe Dueñas concedió se confirma la peculiaridad de su trayectoria de vida que le sirvió inspiración para su comienzo literario. Según sus propias palabras: “en mis cuentos no existe la fantasía”, sino que son “sublimaciones” de sucesos reales vividos en su infancia. Un ejemplo de esta circunstancia histórica convertida en relato literario es el de “Mariquita”, cuento en el que la protagonista narra la historia de su hermana mayor, quien muere a los pocos días de nacida, por lo que su padre decide conservar el pequeño cuerpo en un frasco de formol que acompañará a la familia durante un largo tiempo.


Los veinticinco relatos que conforman Tiene la noche un árbol, el primer libro de cuentos de esta autora jalisciense, tienen en su mayoría a una mujer como protagonista o narradora central, y en muchos casos refieren anécdotas infantiles de un entorno cotidiano plagado de animales e insectos como arañas, piojos, sapos, ratas y chimpancés que se transforman en seres fantásticos por las narraciones a que dan lugar a la imaginación literaria.


De acuerdo con mi gusto personal, quiero destacar el cuento titulado “Prueba de inteligencia”, en el que la autora ironiza sobre el estereotipo de la mujer en la sociedad mexicana de la década de los cincuenta. O la narración llamada “Moribundo”, en el que Dueñas retrata de manera sarcástica la vida conventual y la religiosidad de provincia tan conocida por ella desde la infancia. Y también el cuento “Al revés”, que me sorprendió gratamente por el estilo mordaz y jocoso con el que a partir de elementos de la estructura del idioma español crea una historia un tanto absurda con personajes ficticios.


La reciente edición de Tiene la noche un árbol, que el FCE ofrece de manera gratuita o a un costo sumamente económico, es una buena oportunidad para acercarnos a Guadalupe Dueñas, cuya obra fue reconocida por escritores como Alfonso Reyes y Octavio Paz, y quien a pesar de su escasa producción, de apenas cinco libros publicados, es considerada una de las cuentistas más destacadas de las letras mexicanas contemporáneas.


@NohemyGarcaDual

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