Por: Eduardo Higuera Bonfil
En México tenemos un apego particular por nuestros muertos, el dos de noviembre levantamos hermosas y coloridas ofrendas para recordar aquellos que ya no se encuentran con nosotros, que se adelantaron en el camino.
Esta costumbre deja perplejos a muchas personas de diferentes culturas cuando se encuentran con ello por primera vez. Recuerdo por ejemplo a una amiga española que me jaló lejos de una ofrenda para preguntarme escandalizada por qué enseñábamos algo tan malsano a los niños como comer algo llamado pan de muerto y que era, nada más y nada menos, que una representación del canibalismo.
Tan fuerte es esta costumbre que la arena política nacional se encuentra imbuida de ella y nos trae el caso de los muertos –políticamente hablando- que nunca nos abandonan del todo.
Incluso algunos buscan hacer grandes regresos, cual fantasma revanchista de gosthbusters, dejando en todos los casos un olor a sepulcro y podredumbre que es inconfundible.
Esta es una selección, breve e incompleta, de la horda de ánimas y zombis que pululan actualmente por la palestra política de México:
Anaya
Se le conoce como el narciso de ultratumba, murió políticamente al no ver más que su ombligo y, como su tocayo de la mitología griega, se cayó dentro de él y murió.
Desperdició la posibilidad de hacer una alianza que pudiera hacer frente a la aplanadora guinda en 2018 y ahora aparece como una ánima en penitencia por los cafés hipster, dejando paupérrimas propinas a los meseros.
Su objeto para colocar en la ofrenda es un espejo roto.
Fox
Algunos dirían que es el espectro del charro negro vuelto a la vida por un conjuro maligno pero seguro si le decimos así vendrá el fantasma de Germán Dehesa furioso y nos jalará, merecidamente, los pies por la noche.
En realidad no es más que un espíritu chocarrero que hace ruido en los mítines panistas de vez en cuando pero que a nadie espanta con sus gritos patéticos “para darle en la madre a la cuarta transformación”.
De pena ajena.
Para recordarlo en la ofrenda se debe poner la reata deshilachada.
Las tribus del PRD
Al parecer son el único muerto de esta lista que realmente está logrando volver a la vida, vía reencarnación.
Basta con asomarse a las asambleas distritales de Morena y veremos el espectáculo de las tribus pedorristas, con todo y sillas voladoras del otro mundo, vivito y coleando.
Hasta parece que fueran los mismos militantes que en lugar de trabajar para que la izquierda progrese y se profundice en México solo les interesa conservar su coto de poder y que para lograrlo se cambiaron de partido…no, espera.
En este caso, un ring de lucha libre de juguete es la mejor forma de que se encuentren presentes en la ofrenda de muertos. No olvide que los luchadores son de plástico, por lo que son puro desecho al final.
Alito
En estos tiempos de igualdad de género, este político decidió que ya chole de atole, que era suficiente con que solo existiera una llorona, así que se transformó en el llorón presidente nacional del fantasma priista.
Este espectro de otros tiempos se puede escuchar mientras grita sus lamentos y dolores en los espacios de radio que el estado garantiza para cada partido político en el espectro radiofónico de ultratumba.
Si no fuera así, no lo escuchan ni en su casa aunque gritara toda la noche de forma espectral.
En el altar del 2 de noviembre hay que dejar un sitio vacío.
Los nuevos partidos
Este rubro es singular, aún no nacen algunos de estos esperpentos y ya son muertos vivos que apestan a podrido a varios metros de distancia.
El partido Cuba Libre, del creador de golems, el único e inigualable Tomandante Borolas. Perdón, es partido México Libre, me fui con la finta.
Como buen hechicero de la edad media, está seguro que su engendro lo protegerá de todo mal pero no se da cuenta que en realidad se le puede salir de las manos el proyecto y hacer más daño que beneficio a su persona y al país.
Un atrapa dedos sería lo ideal como su objeto en el altar.
Y, si no es broma que quiere formar un partido, podemos enlistar al partido del Baal moderno (por aquello de que era el dios de la mierda), el inefable callo de hacha… ¿Tengo que decir más?
Hay que tener cuidado con este esperpento mamarracho, si uno se descuida sube un tuit acusándote de borracho por no responder su acoso y tener educación.
La bacinica, sin duda, lo representa en la ofrenda.
Quadri
“Podemos” decir mucho de este muerto vivo, el cual falleció de mal de ojo agudizado por tanto mirar edecanes en ceñidos vestidos blancos.
Sin embargo baste decir que, contra su supuesta veta ecologista, se niega a ser alimento de los gusanos y también está ocupado con su pequeño intento de partido.
Podemos esperar sentados para ver pasar la combi fúnebre que le gusta manejar, pues solo será otra llamarada de petate, y no el infierno que merece.
Para la ofrenda colóquense unos lentes con cejas y bigote de Groucho Marx, al menos el sí daba risa con sus puntadas.
Meade
Dicen que el ánima de este ex candidato, traicionado por su gente y sus propias ilusiones, se puede encontrar por los pasillos de Banxico, arrastrando cadenas y lamentando por lo bajo las malas compañías del pasado. El candidato errante le llaman en ese lugar, pese a que nadie puede dar testimonio de su existencia terrenal.
Al parecer existen pruebas de su existencia en Twitter, donde se supone que alguna vez ha intentado mostrar fuerza y vida, solo para descubrir que ya ni ectoplasma político es.
En la ofrenda le corresponde el panque marmoleado Bimbo por obvias razones… son igual de sosos y desabridos, además que nadie los encuentra por ningún lado.
Ni están todos los que son…
Sin duda podríamos continuar enumerando monstruos, espantajos y adefesios que no se han dado cuenta que ya murieron y que su presencia en la arena política no ayuda ni aporta: Noroñas, Lozanos y Chayitos hay en abundancia, pero no queremos terminar de manchar nuestra tradición del día de muerto enumerando tanta gente que no merece un altar, no sea que los reanimemos sin intención.
*Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, la forma de pensar de la Revista El Aguachile.
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