Por Nohemy García Duarte
En la vida de las personas puede haber ciertos sucesos que por dolorosos se busca ignorarlos, no se habla de ellos y se trata de seguir la vida al margen de ellos. Sin embargo, esos acontecimientos están presentes en el inconsciente y, de pronto, como por arte de magia y gracias a un incidente fortuito emergen, se materializan en nuestra realidad cotidiana sin que los podamos desdeñar. ¿Qué se hace en estos casos? ¿Qué podemos hacer para no perder el equilibrio emocional ni existencial de nuestras vidas? Se sabe que la escritura es una alternativa eficaz para superar estas situaciones de crisis, por lo que la literatura de todos los tiempos se ha enriquecido con textos creados con esa motivación.
Un ejemplo reciente de un caso así es la novela El invencible verano de Liliana (2021), de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2021. Si bien la obtención de este prestigioso reconocimiento podría ser una motivación suficiente para interesarnos en esta novela, la trayectoria de la autora confirma aún más su calidad literaria. Originaria de Matamoros, Tamaulipas, Rivera Garza es egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene 60 años de edad y desde muy joven se asentó en los Estados Unidos y realizó estudios de posgrado en la Universidad de Houston, donde también se desempeñó como docente e investigadora. A la fecha es profesora distinguida en el departamento de Estudios Hispánicos de esta misma institución.
Rivera Garza ha recibido distinciones como el Premio Nacional San Luis Potosí 1987, por la novela La guerra no importa; el Premio Internacional Anna Seghers, Berlín, 2005, por obra publicada; el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2009, por la novela negra La muerte me da risa. Ha sido becaria del programa del de apoyo a jóvenes creadores de la Secretaría de Cultura del país y, desde julio del 2023, forma parte del reducido grupo de científicos, artistas y literatos que integran el Colegio Nacional de México.
A la fecha, El invencible verano de Liliana va en su octava reimpresión, lo cual habla del interés del público lector en esta temática y de su éxito de ventas en librerías. Pero ¿de qué trata este texto que, según el jurado del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México, destaca por la “sobriedad y los diversos recursos literarios y testimoniales” que la autora emplea para narrar la experiencia familiar de un feminicidio no resuelto?
“Uno puede no saber por muchos años, pero una vez que quiere saber, uno quiere saberlo todo de inmediato”, asegura Cristina Rivera en uno de los capítulos de su novela en la que le da voz a su hermana menor asesinada treinta años atrás, presuntamente por quien fuera su novio, contra quien se expidió una orden de aprehensión, pero a quien nunca aprendieron, por lo que el crimen quedó impune.
De este suceso de nota roja, que en su momento ocupó las páginas de diarios como La Prensa y noticieros de radio y televisión nacionales, Rivera Garza construye un texto por demás original en el que entremezcla la ficción con la recopilación de hechos reales, la recreación de textos tomados de cartas y cuadernos escolares de su hermana Liliana y la incorporación novelada de múltiples testimonios que la propia autora obtenidos entre amigos y familiares que treinta años atrás convivieron con la entonces joven universitaria durante los últimos meses y hasta pocas horas antes de su asesinato.
El invencible verano de Liliana es una novela que se nutre de múltiples fuentes informativas para conformar un relato literario intimista, con un marcado énfasis feminista en cuanto a la interpretación y el análisis que la autora realiza de los hechos recabados, según afirma en el propio texto, con sumo esmero y detalle. “Con el cuidado del arqueólogo que toca sin dañar, que desempolva sin quebrar, mi intención es abrir y preservar a la vez esta escritura: des y recontextualizarla en una lectura desde el presente.”
En esta tarea de reconstrucción de los últimos meses de la vida de Liliana, la autora se vale del lenguaje feminista y de los enfoques teóricos generadas por movimientos afines en México, Estados Unidos y Latinoamérica en defensa de los derechos de las mujeres y, en particular, para la tipificación del feminicidio como delito por razones de género; del establecimiento del Día Internacional Contra la Violencia de Género; y de la constitución de protocolos y pruebas diagnósticas de violencia doméstica y violencia íntima de pareja que ayuden a detectar factores de riesgo que enfrentan las mujeres en su vida diaria.
El invencible verano de Liliana es una novela que bien podría calificarse de feminista y, a la vez, de gran calidad literaria, que recrea atmósferas y personajes en una trama temporal que inicia en el presente, se regresa al pasado y transita de ida y vuelta en el tiempo. También llama la atención la exposición documentada y fundamentada que Cristina Rivera hace en torno a la necesidad actual de atender con mayor interés la problemática del feminicidio en México. Esta preocupación se justifica por reportes como el de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), llevada a cabo por el INEGI en 2021. Según este organismo, en México el 70 por ciento de las mujeres de 15 años y más declararon haber experimentado al menos un incidente de violencia; y de ellas, las mujeres más jóvenes —entre 15 y 24 años— fueron las que vivieron mayor prevalencia de violencia con un 58.3 por ciento.
El título de la novela El invencible verano de Liliana, responde al interés de la autora por celebrar la corta vida de su hermana con un espíritu positivo y, en este sentido, recupera una frase de un texto ampliamente difundido del escritor francés Albert Camus, quien en 1954, fuertemente influenciado por la Segunda Guerra Mundial que había vivido de cerca, escribió la colección de ensayos titulada Verano, en donde podemos encontrar un famoso párrafo que dice: “en mitad del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible”. La novela de Cristina Rivera es un homenaje de esta escritora a su hermana Liliana y al invencible verano que en ella descubrió al escribir este texto que a la distancia y después de 30 años, refrenda el vínculo fraterno e indisoluble que existe entre estas dos hermanas.
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