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La migración nos involucra a todos

Por Carolina Estrada


Uno de los efectos más contundentes y dramáticos del Cambio Climático que estamos viviendo es la migración. En México el tema además retrata una crisis humanitaria que nos habla de la violencia y el verdadero Estado que impera.

A veces resulta difícil reconocer que no se migra por gusto. Ese es un privilegio social y económico que muy pocos tienen. Pero es verdad que el mayor factor de migración de lo vivo es el clima. Migramos en busca de un lugar mejor, donde las condiciones sean más favorables para nuestro desarrollo y el de nuestras familias o el de nuestra especia. Y llevamos mucho, mucho tiempo haciéndolo. Pero hoy, el tema es más complejo que el deseo de encontrar mejores condiciones de vida. Hoy, debido al Cambio Climático del que todos somos partícipes, y a la vez todos somos responsables en menor o muchísimo mayor medida -no es lo mismo el impacto de un consumidor promedio al de cualquiera de las personas más ricas del planeta, por ejemplo-, los efectos son más contundentes y la migración quizá debería empezar a preocuparnos, simplemente porque no sabemos cuándo llegará nuestra hora de hacerlo:


El medio ambiente rige la vida y todas sus formas ofreciendo las condiciones de formación, adaptación y mantenimiento de individuos y comunidades. Así cuando suceden eventos extremos repentinos o graduales como tormentas, terremotos o sequía, entre otros, exacerbados o no por el cambio climático, las condiciones de vida de las poblaciones sufren alteraciones que pueden obligar a sus miembros a dejar sus territorios, afectando sus fuentes y formas de reproducción social. (1)


El Informe sobre las migraciones en el mundo 2022, reconoce que la migración ha ido en aumento en las últimas décadas. De acuerdo con la investigación, el total estimado de 281 millones de personas que vivían en un país distinto de su país natal en 2020 es superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica la de 1970. En Centroamérica, el tema es vital porque “se trata de una región con una alta exposición a amenazas geofísicas e hidrometeorológicas derivadas de su ubicación geográfica y topografía, además de la alta vulnerabilidad de sus asentamientos humanos condicionadas por estas mismas condiciones físicas del terreno”.


La migración actual que viven muchas comunidades de sud y centroamericanos que constantemente cruzan nuestro territorio en busca de un mejor destino en los países del norte de América, tiene que ver y está condicionada en gran medida por la crisis climática que vivimos. Estados Unidos es hoy uno de los países que encabezan la lista de aquellos que generan mayor cantidad de emisiones de CO2, con 4.9 millones de toneladas (2) y es precisamente el destino que busca la mayoría de los migrantes centroamericanos.


¿Cuál es la suerte de los migrantes que cruzan México buscando llegar más al norte? En 2010, en San Fernando, Tamaulipas, entre el 22 y 23 de agosto, 72 migrantes centro y sudamericanos, fueron acribillados y sus cuerpos dejados a la intemperie. Pero no es la única masacre de migrantes que ha ocurrido en ese lugar. En 2011, al menos 193 cuerpos de “transeúntes” fueron encontrados sin vida en 47 fosas clandestinas. En 2016, también en Tamaulipas, esta vez en un paraje conocido como “La Bartolina”, fueron hallados casi media tonelada de restos humanos, las excavaciones aún no terminan. Tal es la cantidad de cuerpos y la extensión del lugar que no puede negársele el calificativo de “campo de exterminio”. A los mexicanos que buscan familiares desaparecidos se suman extranjeros cuyos queridos se hallaban en tránsito hacia el norte o migraron hacia México desde sus lugares de origen.


¿Y qué pasa con la justicia y el Estado de Derecho en México en materia de migración? Hace mucho que lograr justicia dejó de ser algo alcanzable en México, de hecho, el sistema está funcionando en contra de quienes buscan la verdad y persiguen el esclarecimiento de los crímenes. Durante noviembre de 2021, Ana Lorena Delgadillo, Mercedes Doretti y Marcela Turati denunciaron ser objeto de violación a su privacidad y seguridad, así como criminalización de sus personas por parte de la PGR (hoy FGR), institución que realizó una “averiguación” en su contra, acusadas de “secuestro y delincuencia organizada” y que quedó asentada en el Tomo 221 de su investigación sobre la masacre de 2011 en Tamaulipas. Sin contar con una autorización judicial, la entonces conocida como PGR solicitó documentación extraurgente a las compañías telefónicas de Marcela, Mercedes y Lorena para poder revisar llamadas, mensajes y toda la información entre febrero de 2015 y abril de 2016 para tener acceso a los registros telefónicos, los mensajes que se originaron y recibieron en sus teléfonos, así como para su geolocalización. Ana Lorena Delgadillo es directora de la Fundación para la Justicia y defensora de las familias de las víctimas; Marcela Turati, es una periodista que se ha dedicado a investigar sobre personas migrantes desaparecidas y ejecutadas en México, es cofundadora de Quinto Elemento Lab y coordinadora del proyecto de investigación #Másde72; Mercedes Doretti es cofundadora y directora del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para Centro y Norteamérica. Las tres se encontraban realizando investigaciones y apoyando las excavaciones de madres y familiares de desaparecidos en San Fernando Tamaulipas.


Dada la avanzada evolución del crimen organizado en México y la permeabilidad criminal que ocasiona la corrupción de nuestro sistema gubernamental en todos sus niveles, no es errado conceptualizar a muchos órdenes de gobierno como cómplices, ejecutores o hasta dirigentes del propio crimen organizado del país. El problema va mucho más allá de una administración en específico, de hecho, cuanto más avanza el tiempo más crece la violencia en México. El 30 de septiembre de este año se alcanzaron 100,344 muertes violentas: 97,532 homicidios dolosos y 2,812 feminicidios(3). Para muestra de la desgracia y el horror está “La Bartolina”, un campo de exterminio que sirve como cementerio clandestino pero también como campo de ejecución que ha operado durante varios años, ¿sin ser localizado por las autoridades?


El panorama es escalofríante, porque el problema no se solucionará pronto ni fácilmente. El crimen organizado en México ha alcanzado niveles en los que es difícil definir quién es quién y cuál es su verdadero trabajo. Mientras Estados Unidos siga presionando a México para contener y dar cauce a la migración, ¿cuál es el destino de quienes buscan un lugar seguro para vivir y desarrollarse? La respuesta no es difícil, pero aventurarse a darla resulta riesgoso, como han podido comprobar quienes hoy se encuentran en busca de sus queridos y al frente de las organizaciones que trabajan en pro de las víctimas y sus familiares.


En conclusión, el Cambio Climático no es retórica, es un problema tan grave y tan acuciante que no podemos tomarlo a la ligera. Todos necesitamos saber, estar conscientes de los efectos que nuestras decisiones, por pequeñas que parezcan, pueden tener en la economía global y en la vida o muerte de personas que quizá no conozcamos, pero que merecen la vida y el bienestar tanto como nosotros o nuestras familias. El Cambio Climático es un problema que, mucho más allá de cambiar la temperatura o poner en riesgo los recursos, por consecuencia, pondrá en riesgo la seguridad y estabilidad de todos, empezando por quienes tienen poco y poco consumen, razón por la que se convierten en los más vulnerables. Hoy, cuando los gobiernos ya no pueden garantizar la seguridad de sus ciudadanos y de la humanidad por quien deben velar, es vital ser conscientes de la amenza que implica para todos el cambio de clima.


Mientras nuestra visión sobre la migración siga siendo negativa, mientras sigamos pensando que los migrantes buscan hacer a un lado o quitarle su lugar a alguien, la violencia no parece que vaya a disminuir, al contrario, no hará más que recrudecerse. ¿Qué pasará cuando los recursos, debido al clima cambiante del planeta, comiencen a escacear cada vez más? ¿Qué Estado será capaz de contener, ordenar y garantizar la seguridad de su ciudadanía ante un panorama tan al límite? Visto de este modo, ¿es el Cambio Climático un asunto que sólo debe importarle a los especialistas y que además es “lejano todavía”?


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