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Semáforo naranja. La opinión de los especialistas y la responsabilidad de cada quien

Por: Vicente Amador


La pandemia de coronavirus ha hecho avanzar a la humanidad por un camino sinuoso, oscuro, intransitado... y con tapabocas. A muchos, la Covid nos enfrenta con algunos de nuestros mayores miedos: enfermedad, muerte, lo desconocido.


¿Qué sigue? ¿habrá un rebrote? ¿terminaremos conviviendo con este virus como con otros? ¿Cuándo se acaba? ¿se acabará? ¿volveremos a la normalidad? ¿qué es normalidad? Lo cierto es que no hay respuesta exacta. Como lo han expresado muchos especialistas, la respuesta más correcta es “depende”.



Por eso me pareció muy interesante, particularmente a unas horas de haber iniciado la primera semana en “semáforo naranja”, la encuesta que el New York Times le hizo a 511 epidemiólogos. Les preguntaron cuándo esperan reanudar veinte actividades que ahora les referiré. Claro, en el supuesto que la pandemia evoluciona como ellos esperan.


La mayoría está de acuerdo con que, antes de tres meses, recibirá correo sin precauciones, irá al médico sin necesidad de que se trate una cita urgente, vacacionará en un lugar a más de un día de distancia en auto. Sin embargo, también hay un número importante de epidemiólogos que estima tardará más de tres meses en cortarse el pelo en un salón o peluquería. Incluso hay algunos que dicen que nunca más recibirán correo o paquetería sin precauciones.


Los resultados de esta consulta, lo dice la misma publicación, no son sugerencias de comportamiento. Son un buen parámetro, pero no la regla. Y es que cada una de estas actividades, depende. Depende de cómo avance en cada ciudad la pandemia; la ocupación de los hospitales, el sistema de salud de cada país; el avance de los tratamientos; la salud y la necesidad de cada quien.


Hay otras actividades que la mayoría de los epidemiólogos dicen que tardarán entre tres meses y un año en normalizar. Por ejemplo, comer en un restaurante, enviar a los niños a la escuela, trabajar en una oficina compartida, permitir a los niños salir a jugar con otros niños o viajar en avión.


Hay un porcentaje alto de epidemiólogos que dejará pasar más de un año para regresar a un gimnasio, visitar a un amigo de la tercera edad o viajar en metro o autobús.



Las actividades en las que la mayoría coincide que tardará más de un año en llevar a cabo son asistir a un concierto, evento deportivo o teatral; dejar de usar el protector facial; ir a una iglesia o servicio religioso y hasta abrazar o dar la mano al saludar a un amigo. Esta última proyección me dejó helado porque, incluso, hubo seis de los encuestados que dijeron que no saludarían nunca más de mano o abrazo a un amigo. Cada quien. En eso, en concreto, yo pienso distinto.


Nuevamente, no hay respuesta única. Hay países europeos en los que después de pocas semanas de pasar el pico de contagios las calles se ven llenas. En otros, hay rebrotes.


Queda claro. “Depende” de la realidad de cada país y de cada persona. A cada quien le toca asumir la responsabilidad de decidir, conjugando sus circunstancias personales, los semáforos de cada ciudad las recomendaciones gubernamentales, cuándo salir. Por lo pronto, hay semáforo naranja, lo cual lejos está de significar la vuelta a la normalidad, si es que eso existe.


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