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Vacaciones en el planeta COVID-19

Actualizado: 23 dic 2020

Por: Diana González


El final del año ya está aquí y con él la incertidumbre de millones de mexicanos afectados por la pandemia que ya no saben si seguir en casa, salir de vacaciones o esperar a que la vacuna llegue.


En México la crisis sanitaria por COVID-19 empezó en marzo y el impacto económico fue casi inmediato. De acuerdo con el Banco Mundial, se trata de la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial y la primera vez desde 1870 en que tantas economías experimentaron una disminución del producto per cápita.

Los dirigentes de cada país han tomado las medidas necesarias para contener la pandemia, pero también han debido considerar el impacto que la suspensión de actividades tendrá en la contracción de su economía.


De acuerdo con la edición de junio de 2020 del informe Perspectivas económicas mundiales del Banco Mundial, los efectos de la crisis son particularmente profundos en países que dependen en gran medida del comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el financiamiento extranjero.


En México, el turismo se ha consolidado durante los últimos años como uno de los principales motores de crecimiento económico y generación de empleo.


Tan solo en el 2018, el sector turístico aportó 8.7 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) del país y generó 2.3 millones de puestos de trabajo, que representan 6.0 por ciento del total nacional, así lo reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En el mismo estudio, se estimó que el turismo interno en México representa una industria de 3.2 billones de pesos, lo que corresponde al 82.7 por ciento del total del consumo mientras que el gasto de los visitantes de otras naciones aportó el restante 17.3 por ciento.


Cada año el INEGI provee una visión integrada sobre la dimensión, evolución y composición del sector turístico en el cual intervienen servicios de alojamiento, de transporte de pasajeros, restaurantes, bares y centros nocturnos, la producción de artesanías y otros bienes, así como el comercio turístico, los servicios deportivos y recreativos, los servicios culturales, las agencias de viajes y otros servicios de reserva, por mencionar algunos.


Lo anterior, nos brinda un contexto no sólo de la magnitud de la crisis en el sector turístico sino de la importancia de su recuperación para la economía del país.


La pandemia de COVID 19 provocó una caída del 22 por ciento en las llegadas de turistas internacionales tan sólo en el primer trimestre del 2020, cuando en México aún iniciaba la crisis sanitaria. Así lo informó la Organización Mundial del Turismo (OMT) quienes además informaron que la crisis podría llevar a un declive anual de entre el 60% y el 80% en comparación con las cifras del 2019.


Tan sólo las llegadas a aeropuertos internacionales registraron una caída abrupta del 57% tras el inicio del confinamiento en numerosos países, la introducción de restricciones de viaje y el cierre de fronteras.


Lo más grave hasta ahora es que estas cifras se han ido corrigiendo día con día a la baja y ahora, ya no sólo parece depender de cuándo se tendrá lista la vacuna que permita a la gente retomar los viajes internacionales, sino de la recuperación en la confianza de los viajeros, así como la implementación de medidas y protocolos que si bien formarán parte de la llamada “nueva normalidad”, brinden tranquilidad y seguridad a los turistas que ya de por sí tienen que lidiar con una crisis mundial, exceso de información y rumores esparcidos por las redes sociales.


Recientemente, el Secretario General de las Naciones Unidas presentó el informe sobre políticas “COVID-19 y la transformación del turismo”, donde se advierte sobre la posible destrucción de decenas de millones de empleos turísticos directos, la merma de oportunidades para las poblaciones y comunidades vulnerables que más se benefician del turismo y el riesgo real de perder recursos vitales que contribuyen a la preservación del patrimonio natural y cultural en todo el mundo.


Al respecto, el Secretario General de la OMT habló sobre la crisis del sector como una realidad, tanto para las naciones en desarrollo como para las desarrolladas, y es responsabilidad de todos los gobiernos y todas las organizaciones internacionales brindar apoyo al turismo.


Pero existe una luz al final del camino, una esperanza que -de acuerdo con los expertos- podría ser la recuperación del sector durante el 2021: la demanda interna.


Y efectivamente, en el último trimestre del 2020 pareció haber cierta recuperación en el sector, especialmente los viajes para visitar a amigos y familiares tal y como apuntaron los expertos hace unos meses.

Además, las medidas tomadas por el sector y todos los servicios que la integran han sido rápidas y parecen ofrecer un panorama alentador sobre la recuperación del mismo. El uso de códigos QR para acceder al menú de los bares y restaurantes, o en comercios para evitar el intercambio de billetes y monedas. El sector hotelero y las cadenas de cruceros han desarrollado y mejorado aplicaciones móviles para poder hacer el check in y acceder a las habitaciones evitando el contacto personal. Este tipo de medidas pretenden mantener vivo el sector y evitar que las cifras más negativas se cumplan.


A nivel mundial, tanto el sector público y privado, se encuentra coordinado para brindar medidas que logren mitigar el impacto económico, desarrollar protocolos de seguridad y ofrecer respuestas coordinadas además de fomentar la innovación. La OMT constituyó un Comité Mundial de Crisis para el Turismo integrada por representantes de los Estados Miembros y de los Miembros Afiliados de la OMT, así como de la Organización Mundial de la Salud, la Organización de Aviación Civil Internacional, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Banco Mundial y la Organización Marítima Internacional. El sector privado está representado por el Consejo Internacional de Aeropuertos, la Asociación Internacional de Líneas de Crucero, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo con el objetivo de garantizar una respuesta coordinada y efectiva.


En México, Miguel Torruco, titular de la Secretaría de Turismo, aseguró que la pandemia que ha ocasionado Covid-19 es una “gran oportunidad” para atender y operar el sector de una forma diferente.De acuerdo con el funcionario, este es un momento coyuntural en el que podemos reinventar al turismo y que este opere de una manera diferente. El pasado 14 de agosto, se instalaron cuatro grupos de trabajo: sobre la estandarización de los protocolos bio-sanitarios en la región; otro referente a un plan de acción para la recuperación de las industrias aerocomercial y de cruceros; uno más relativo a la elaboración de una agenda para el cambio climático y desarrollo sostenible del turismo; y el último, enfocado al diseño de una Agenda de Turismo 2050 para América.


Si bien estos esfuerzos parecen ir de la mano con las recomendaciones de organismos internacionales, no parecen ser suficientes para la crisis que afecta al sector turístico en México. Es preciso recordar que el sector turístico aporta casi el 9 por ciento al PIB del país y que el impacto negativo que ha dejado la pandemia no sólo se ha visto reflejado en los bolsillos de un par de hoteleros, sino en el cierre de pequeñas y medianas empresas, la pérdida de numerosas plazas de trabajo y el deterioro en la confianza generalizada de los viajeros.


Aún cuando existe la esperanza de captar a posibles viajeros que ayuden al sector a recuperarse, aquellos que se vieron afectados por la contingencia pero conservaron su trabajo y para quienes, en su mayoría, la carga laboral se duplicó debido a la disminución de plazas en todos los sectores económicos del país. El trabajo que aún queda por hacer es árduo y es responsabilidad tanto del sector público como del privado pues en la medida en que el turismo se vea recuperado, en consecuencia, los sectores involucrados en esta actividad también se recuperarán.


Actualmente, existen programas como el Tren Maya, uno de los proyectos prioritarios del Gobierno de México y para el cual se destinó el 100 por ciento del Derecho de No Residente (DNR).


Está claro que el sector está cambiando, ahora mismo se transforma en medio de la crisis y es sin duda una “gran oportunidad” para operar de manera diferente pero además, de que quienes viajamos también tengamos nuevas y mejores opciones de viaje dentro de México, más seguras, atractivas, y competitivas, sin embargo esas opciones aún no están disponibles y mientras el cambio llega, permanecemos en casa esperando una vacuna.


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